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martes, 2 de julio de 2013

La violencia en casa: C’est arrivé près de chez vous


Rémy Belvaux, André Bonzel, Benoît Poelvoorde y Vincent Tavier en menor medida, son los nombres que aparecieron de la nada en el Festival de Sitges del año 1992, llevándose consigo el galardón a la mejor película. Los polifacéticos realizadores de la película no eran nada más que cuatro jóvenes belgas, quienes supieron hábilmente trasladar los miedos de la sociedad centroeuropea en una pieza de falso documental hiperviolento e hiperrealista.

 

Un equipo de rodaje formado por los propios Rémy, André y Vicent como conductor, sonidista y cámara respectivamente, se encargan de seguir la rutina de su compañero, Benoît, quien resulta ser un excéntrico asesino. En el que es el día a día de Ben, podemos observar desde largas conversaciones con los amigos hasta largos monólogos a cámara llegando a interactuar con el mismo equipo de rodaje. El documental intenta retratar la particular visión de estos cuatro jóvenes belgas sobre de la realidad europea del momento. Mediante el personaje de Ben vemos reflejados que preocupan a la sociedad del momento pero es sobre todo la violencia el que perdura con los violentos crímenes que se suceden uno tras otro delante de la cámara. No obstante, la violencia ni es fría ni es retratada des del distanciamiento, sino al contrario, hay una recreación en ella misma como un juego o una broma, a veces de muy mal gusto, en la cual el equipo de rodaje va acabar siendo el autor de los asesinatos. El falso documental permite entrar con cámara en mano hasta lo más lejos del acto haciendo partícipe también al espectador, quien ya se encuentra reflejado desde un principio con el título de la obra: ocurrió cerca de su casa.

C’est arrivé près de chez vous recuerda sin lugar a dudas a la obra del austríaco Michael Haneke por su eventración hasta las entrañas de la sociedad europea. Sin embargo, aquí está claramente tratada desde la sátira y hay un acercamiento total. La asimilación entre falso documental y la actitud de los cuatro realizadores es tal que la película acaba pareciendo un juego de estos con sus personajes, quienes no dejan de ser meramente personas que quieren representar al espectador. Es quizás aquí donde puede flaquear la obra, por su exceso y banalización de los hechos: todo lo que va sucediendo parece extremarse y pierde sentido hasta puntos que realmente nos preguntamos sobre el sentido de las imágenes.


Curiosamente el destino de los jóvenes realizadores belgas fue aparatoso para algunos: Rémy Belvaux lanzó un pastel en la cara de Bill Gates durante su visita en Bruselas el año 1998 y más tarde se suicidó en 2006; Benoît Poelvoorde reconoció que sufre un trastorno bipolar; y André Bonzel se ha mantenido en el anonimato trabajando como cámara y director de fotografía. Con esto, se abre la pregunta interesante sino más bien curiosa: ¿es realmente un juego falso el que vemos en C’est arrivé près de chez vous o es una prolongación de la actitud de unos jóvenes amigos que decidieron realizar una película? Lo que está claro es la potencia que suscitan algunas imágenes, cuyas lograron la convulsión del público y que la han convertido para muchos en una obra de culto.

Mi puntuacion: 6,20/10.