Rémy Belvaux, André Bonzel, Benoît Poelvoorde y Vincent Tavier en menor medida, son los nombres que aparecieron de la nada en el Festival de Sitges del año 1992, llevándose consigo el galardón a la mejor película. Los polifacéticos realizadores de la película no eran nada más que cuatro jóvenes belgas, quienes supieron hábilmente trasladar los miedos de la sociedad centroeuropea en una pieza de falso documental hiperviolento e hiperrealista.
C’est arrivé près de chez vous recuerda sin lugar a dudas a
la obra del austríaco Michael Haneke por su eventración hasta las entrañas de
la sociedad europea. Sin embargo, aquí está claramente tratada desde la sátira
y hay un acercamiento total. La asimilación entre falso documental y la actitud
de los cuatro realizadores es tal que la película acaba pareciendo un juego de
estos con sus personajes, quienes no dejan de ser meramente personas que
quieren representar al espectador. Es quizás aquí donde puede flaquear la obra,
por su exceso y banalización de los hechos: todo lo que va sucediendo parece
extremarse y pierde sentido hasta puntos que realmente nos preguntamos sobre el
sentido de las imágenes.
Curiosamente
el destino de los jóvenes realizadores belgas fue aparatoso para algunos: Rémy Belvaux lanzó un pastel en la cara de
Bill Gates durante su visita en Bruselas el año 1998 y más tarde se suicidó en
2006; Benoît Poelvoorde reconoció que sufre un trastorno bipolar; y André
Bonzel se ha mantenido en el anonimato trabajando como cámara y director de
fotografía. Con esto, se abre la pregunta interesante sino más bien curiosa:
¿es realmente un juego falso el que vemos en C’est arrivé près de chez vous o es una prolongación de la actitud
de unos jóvenes amigos que decidieron realizar una película? Lo que está claro
es la potencia que suscitan algunas imágenes, cuyas lograron la convulsión del
público y que la han convertido para muchos en una obra de culto.
Mi puntuacion: 6,20/10.
Mi puntuacion: 6,20/10.